sábado, 30 de julio de 2011

Capítulo 1 Mi cumpleaños

El olor a hierba recien cortada provocó que no me levantará de la cama al escuchar el despertador de mi hermano, él cual causó demasiado ruido al buscar algo en su desordenado armario.
La puerta de mi habitación se abrió de golpe...¿Él causante? mi hermano Sota, de nuevo.

-Hermana...¿Qué haces durmiendo todavía? ¿No has visto el buen día que hace?

Sota abrió de par en par la ventana de mi habitación haciendo que él Sol que había me diera en toda la cara.

-Sota ¿Qué es lo que quieres?
-Kagome...¿lo has olvidado? ¡Felicidades!
Cierto, mi cumpleaños, hoy era el día que más odiado por mí; mi cumpleaños no era algo para celebrarlo cuando tu abuelo es el "jefe" de un antiguo temblo de Japón.

-Gracias, Sota.

Mi hermano me entregó una pequeña caja, lo que parecía ser mi regalo, y desapareció de mi habitación.
Abrí la caja con sumo cuidado, debido aquel el año pasado un montón de arañas salió de mi regalo de cumpleaños, un colgante en forma de corazón apareció al fondo de la caja.
El colgante tenía una abertura, lo abrí y descubrí el interior del pequeño colgante; en él se podía poner dos fotos de quien quisieras.
Lo guardé en el cajón que se encontraba cerca de mi cama, la cual necesitaba una nueva reformación.

Baje a desayunar, donde me esperaba mi abuelo, mi madre y mi gato Buyo que me lo regalo mi padre antes de fallecer.

-Buenos días, Kagome...toma tu regalo.

Mi abuelo me entregó una pequeña bolsa de la que saqué una mano de mono, abrí los ojos como platos y vacilé unos minutos.

-Toma Buyo, tu desayuno.

Mi madre sonrió ante mi comentario y mi abuelo, como de costumbre, la fulminó con la mirada.

-Buenos días, cariño.

Naomi, mi madre, me preparó tortitas para desayunar (mis preferidas) pero antes me entregó su regalo ¿Cuántos más debería abrir aquella mañana?

-¡Un móvil! Gracias mama.

Mientras la daba un suave beso, pude observar como Buyo se escapaba, seguido de mi hermano, por la puerta de la pequeña casa; por lo que decidí seguirles dejando mi desayuno para lo que sería horas y horas más tarde.

-¡Sota! ¡Buyo! ¿Dónde estaís?
-Como mola.

Oí la voz de mi hermano, detrás de una pequeña casucha situada a la derecha de nuestro antiguo templo.
Entré y observé como mi hermano sujetaba con fuerza a Buyo, él cual intentaba escaparse.

-¿Qué haces? El abuelo no nos deja entrar aquí, deberias saberlo.
-Pero...Buyo...
-No hay peros que valgan, ves a casa.
-Esta bien.

Sota salió corriendo mientras intentaba no soltar a Buyo, me quede un rato más debido al pozo que se situaba en medio de aquel lugar.

-¿Qué sera esto?

Me asomé y vi un montón de huesos en él, lo que hizo que me cayera de espaldas y me diera en los riñones provocandome un gran dolor.

-¿Hay alguien ahí?

Una voz salió del pozo provocandome un gran escalofrió por todo el cuerpo ¿Quién podía ser? Hace un momento no había nadie; por lo que me quede parelizada.

Continuará...

jueves, 21 de julio de 2011

Una pausa para un café

Hola a todos.

Antes de meterme en el gran papel de Kagome, quiero declarar que yo, Mónica, soy una fan absoluta de la serie de Inuyasha y quiero escribir mi propio relato a partir de mis opiniones haciendolo en primera persona por eso lo de meterme en el papel de la protagonista.
Espero que a los fans de la serie de Inuyasha no se sientan ofendidos por mi relato e intentaré no defraudar a nadie y seguir un poco el rumbo que siguió la serie hasta el final, pero cambiando muchas de las cosas.
Una vez que escriba hasta el final de la propia serie seguiré la historia con la hija de Inuyasha y Kagome, pero eso será más adelante.

Deseo que les gusten y dejen comentarios constructivos para que pueda mejorar si hay algo que les desagrade.

Eso es todo por hoy, espero que pasen un buen día y que a partir de este momento dejaré de ser Mónica para "transformarme" en Kagome (sólo en blog, por supuesto)